Manicura de lujo | Salón Nenha

¡Buenas tardes amores! Seguro que ya os enterasteis por las redes: el pasado viernes tuve el placer de conocer un salón de uñas y estética en pleno Madrid, muy cerquita del Parque del Retiro. Se trata de Nenha, un lugar que, estoy segura, no os va a dejar indiferentes.

El motivo de mi visita fue que recibí una invitación para conocer de primera mano uno de sus lanzamientos para estas fiestas: la manicura de lujo. Sí, habéis leído bien: ¡lujo! Qué misterioso, ¿verdad? ¡Quédate y te cuento de qué va todo esto!

Como os podréis imaginar, comienzo este post dándole las gracias a Julia y Patricia, las propietarias de este salón, por haberme invitado a conocerlos. Asimismo, como éste es un post bastante diferente a los habituales, os quiero contar cómo fue mi experiencia en Nenha, de modo que lo que aquí cuente es fruto de mi opinión e impresiones.

Bien, la manicura de lujo es, como su propio nombre indica, una manicura que va más allá de lo convencional y que está especialmente orientada a mimar y cuidar las manos para las próximas fiestas navideñas.

Además de realizar los pasos propios de una manicura: limado, arreglo de cutículas y esmaltado, se incluyen una serie de cuidados y pasos intermedios que, encima, obedecen a un diagnóstico personalizado que nos hacen previamente.

¿Os cuento todo lo que me hicieron?

• Al llegar, me recibió Tamara, una de las esteticistas y manicuristas que forman parte del equipo de Nenha. Llegué un pelín tarde, y aún así me recibió con una gran sonrisa (el tráfico en Madrid es ¡horrible!). Me ayudó a quitarme el abrigo y la chaqueta y me llevó a su puesto, donde pude acomodarme para lo que venía después.
  
• Comenzamos, como podéis imaginar, por lavarme las manos. No había hecho más que empezar y ya me estaba quedando embobada por lo bien que olía el jabón :)

• A continuación, Tamara examinó mis manos para ver cuál de los productos de la línea de Sénev, marca con la que se trabaja la hidratación en esta manicura, era más adecuado para mí. Tienen tres tipos: piel madura, estresada y deshidratada (la más normal). Debido al uso diario de folios y teclado, ésta última resultó ser adecuada para mí.
  
• Una vez analizada mi piel, Tamara limó mis uñas. Me recomendó redondear algo las esquinas (como habréis visto, las tengo rectas) para que así quedase una forma más dulce y equilibrada. ¡Me encanta la forma que me ha dejado!

• Después llegó el turno de las cutículas. En esta parte hubo mucho detenimiento, ¡y eso me gusta! Tamara y yo comentamos que, muchas veces, una cutícula bien cuidada hace mil veces más bonita una manicura que un esmaltado, por bonito que sea. Primero, me hidrató la zona con aceite Help, a base de aceite de oliva virgen, jalea real y vitamina E. Tras ello, pulverizó ¡un spray! sobre mis manos. Dicho spray era nada más y nada menos que un exfoliante. Yo suelo usarlo en formato crema, por lo que me resultó súper curioso. Tamara envolvió mis manos con un par de toallas calentitas para que el exfoliante hiciera su máximo efecto y eliminase células muertas. Por supuesto, también me arregló las cutículas :) Ambas coincidimos en que cortarlas es lo peor que podemos hacer.
  
• Y llega el momento de la parafina. ¿Os podéis creer que jamás me la había hecho? Pues si vosotras tampoco, os explico brevemente en qué consiste: es una fórmula similar a la de la cera de las velas cuando está derretida. Sumergimos la mano en el recipiente que la contiene y después se deja que actúe sobre la misma, envuelta en film transparente.

• Y es en este punto en el que llega mi momento favorito de la manicura: tras retirar el film transparente, Tamara me dio un masaje de manos y brazos que es imposible de describir... Aunque si tuviera que elegir un adjetivo, sería: maravilloso :D
  Para ello, usó una mascarilla y una ampolla de la marca Sénev (atendiendo, como os he comentado antes, al tipo de piel que tengo). La mascarilla está formulada a base de karité, cera de abeja y extracto de camomila.

Mmm... ¡qué gustito!

Me gustó tanto chicas... últimamente ando tan estresada que un masaje de este tipo ha sido lo mejor que me podría pasar. Además, el olor de la mascarilla era muy agradable, me recuerda a ropa recién lavada, a limpio. ¡Genial!

Tras esto, Tamara me ayudó a elegir un tono (elegí Essie, ya sabéis que me encanta) y procedió a maquillar mis uñas. Me hizo unos detalles preciosos con purpurina dorada en anular y pulgar a modo de accent nail.

Discreto pero precioso, ¡como a mí me gusta! Además, a  modo de detalle, os cuento que Tamara remató la manicura con el Solar Oil de CND, que ya sabéis que me tiene loquita :)

En primer lugar, el precio. Dependerá de si la manicura de lujo tiene esmalte permanente o bien esmalte normal.

• En caso de ser esmaltado permanente (con OPI o Shellac), el precio es de 69€.
  
• En caso de tratarse de esmalte normal, el precio es de 49€. Tienen las mejores marcas en el salón: OPI, essie, China Glaze, CND Vinylux...

¿Merece la pena?

Es caro, sí. Pero la calidad se paga, y eso es algo en lo que todos estamos de acuerdo. No nos están haciendo una manicura normal, es una manicura de auténtico lujo, tanto por los productos Sénev empleados (que son de composición 100% natural), como por el hecho de que estás alrededor de hora y media siendo tratada como una reina. Además, te llevas una ampolla para que puedas continuar hidratando tus manos de forma profunda el resto de la semana.

Asimismo, el trato que se recibe por parte del centro es excelente. Y no lo digo yo por mí, sino porque iban y venían clientas (¡y clientes!) y se notaba un aire de buen rollo en el ambiente que me encantó.

En conclusión: yo os lo recomiendo si queréis daros UN CAPRICHAZO, o si queréis regalárselo a una amiga, a vuestra madre o a una hija.

Nenha está en la calle Jorge Juan 64, en Madrid. Podréis encontrarlas en las redes, pero os dejo su página de contacto por si queréis más información.